lunes, 1 de febrero de 2010

Efectos beneficiosos de las àsanas


Aunque cada una de las àsanas (posturas) tiene efectos muy concretos en nuestro cuerpo y nuestra mente, de momento vamos a centrarnos en los efectos generales de las àsanas según el grupo al que pertenecen. Toda àsana produce conjuntamente los tres tipos de efectos, pero de forma más notable alguno de ellos.

Posturas energetizantes (nos llenan de energía y vitalidad). Podemos encuadrar en este grupo a las posturas de extensión que son las que ejecutamos arqueándonos hacia atrás, como por ejemplo el medio puente, la esfinge, la cobra, el arco… También la mayoría de posturas de pie y por supuesto los ejercicios dinámicos (como el Saludo al Sol) pertenecen a este grupo.

Son posturas que estimulan directamente las glándulas endocrinas y el sistema nervioso simpático por lo que activan e incrementan el nivel energético del organismo. Recordad que en este tipo de posturas muchas veces os indico que estamos estimulando los riñones y las glándulas suprarrenales. Estas dos glándulas se hallan en contacto con la parte superior de cada riñón. Las hormonas que segregan son los corticoides (de importante acción metabólica) y la adrenalina y la noradrenalina, que actúan estimulando el sistema nervioso simpático y nos ayudan a gestionar con eficacia el estrés diario.

En estas posturas la respiración es torácica (solar).

Se llaman también àsanas solares porque incrementan el nivel de energía. Requieren un poco más de esfuerzo, producen calor en nuestro organismo y nos conectan con la Acción. A nivel emocional son posturas excelentes cuando estamos apáticos, tristes, apagados, aburridos…Nos conectan directamente con el Sol y con la Vida. Son posturas de apertura que nos llenan de confianza y seguridad. Posturas para aprender a recibir y a disfrutar todo lo que la vida nos ofrece…

Posturas tranquilizantes o relajantes. Son àsanas que inciden sobre los niveles energético, emocional y mental proporcionando un efecto de interiorización, tranquilidad y descanso. Corresponden a este grupo las posturas de flexión hacia delante, como la pinza y la tortuga que realizamos flexionando el cuerpo hacia delante en posición de sentados, o como el embrión (o postura de los cuatro vientos) que ejecutamos tumbados con la espalda en el suelo y replegando las piernas sobre el pecho. También las posturas de relajación (Savasana àsana) y de meditación se sitúan en este grupo.

En estas posturas la respiración es diafragmática (más abdominal) transformándose en una respiración con propiedades altamente relajantes, lo que llamamos una respiración lunar. Permiten, por lo general, masajear los órganos internos abdominales y relajar completamente nuestro rostro aliviándolo de la tensión diaria.

Son posturas que llamamos lunares, excelentes cuando estamos realizando demasiadas actividades a la vez, cuando hay mucha dispersión física, mental o emocional. Sirven para interiorizarnos, para mirar hacia adentro, para concentrar la energía e impedir que la derrochemos sin control. Para cuando necesitamos aflojar, aligerar nuestra vida, relajar y descansar... a la luz de la Luna.

Posturas equilibrantes o armonizantes. Son àsanas que aumentan el balance de la respiración basal, el funcionamiento de las cadenas nerviosas simpática y parasimpática, la actividad de los hemisferios cerebrales y los flujos energéticos de los nadis ida y pigala.

En este último grupo podemos encontrar las posturas invertidas, las posturas de inclinación lateral, posturas de equilibrio y àsanas de torsión espinal.

Excepto en el caso de las posturas de equilibrio, que suelen ejecutarse al principio de la sesión o durante la misma, las posturas invertidas y de torsión solemos hacerlas al final, para equilibrar el sistema nervioso y armonizar los hemisferios cerebrales justo antes de la relajación.

lunes, 11 de enero de 2010

Una manera de sentir y vivir el yoga


La práctica de las âsanas nos da la oportunidad de vivir los distintos significados de la palabra Yoga.

Podemos comprender el Yoga a través de la experiencia del cuerpo y de la respiración.

Yoga es un movimiento de un punto a otro que está más alto y al cual no podíamos acceder hasta entonces
Yoga es unión. Hacemos coincidir los movimientos del cuerpo, de la respiración y de la mente durante la sesión de yoga. Se intenta crear un estado en el cuál estemos presentes, realmente presentes, en cada acción, en cada momento. Su práctica lleva a cada persona en una dirección diferente y permite que estemos atentos a nuestras acciones. No hay que competir con nadie, ni siquiera con nosotros mismos.

Es posible y habitual que el cuerpo, la respiración y la mente (los sentidos se consideran parte de la mente) actúen de manera independiente uno de otro. El propósito del Yoga es unir sus movimientos, haciendo que coincidan en una sola dirección. De manera artificial, en la sesión de yoga dedicamos un espacio de tiempo para conseguir este propósito, el cuál facilita un estado de coherencia interna que nos hará sentirnos llenos de plenitud y armonía.

Generalmente sólo se suele ver el aspecto físico de la práctica, la flexibilidad, la fuerza y el tiempo que mantenemos una postura, y muchos tipos de Yoga en Occidente inciden fundamentalmente en estos aspectos. Rara vez se aprecia la manera de respirar, de sentir la respiración y de coordinarla con los movimientos del cuerpo. Este aspecto del Yoga es diferente de cualquier otro ejercicio físico, es incluso diferente de la danza o el teatro. No estamos creando algo para que otros lo vean, no es una experiencia externa, sino interna.

Mientras hacemos las posturas observamos lo que hacemos y cómo lo hacemos de manera neutra, sin hacer ningún juicio. Lo hacemos sólo para nosotros mismos. Somos el observador y lo observado al mismo tiempo. Mucho más importante que la manifestación exterior de las posturas es la manera de sentirlas, de sentir el cuerpo y la respiración.

Es integrando el cuerpo, la respiración y la mente cuando podremos decir que estamos haciendo realmente Yoga.


Sthira - Sukham

Patanjali, autor del libro fundamental del Yoga describe âsana con dos cualidades interdependientes: sthira sukham.
Sthira significa firmeza y vigilancia y Sukham se refiere a la habilidad de permanecer cómodo y relajado en la postura.

Ambas cualidades deben estar presentes por igual en la práctica y este principio se hace realidad sólo después de un cierto periodo de tiempo. El fín de las âsanas es conseguir distensión y firmeza en los movimientos cotidianos.


Observa tu punto de partida y disfruta de tí completamente

Es esencial reconocer nuestro punto de partida y aprender a aceptarlo evitando compararnos con nadie.
Practicando las posturas de forma adaptada logramos progresivamente más firmeza, estabilidad, atención y bienestar general. Pero si queremos hacer de este principio de âsana una realidad debemos aceptarnos tal cuál somos. Si tenemos una espalda más rígida debemos tomar conciencia de este hecho. Quizás tengamos mucha más facilidad para practicar la flexión hacia delante pero mucha menos cuando se trata de extensiones hacia atrás. Puede ocurrir que tengamos mucha elasticidad pero que nuestra respiración sea muy corta o superficial. O que estemos muy cómodos en una postura pero que nuestra mente esté en otro lugar completamente distinto.

Debemos observar con atención y claridad en que punto nos encontramos para poder llegar al que deseamos. El Yoga nos aportará lo que necesitemos, cada âsana será diferente para cada uno y a cada uno llevará a un lugar diferente y único. Normalmente venimos buscando flexibilidad a nivel físico, y sin embargo, el Yoga nos regalará flexibilidad a raudales a nivel mental y emocional.
Toda la atención, concentración y positividad que aportemos en cada práctica será un rayo de Luz que nos lleve al conocimiento y a la armonía interna.

Céntrate en mantener la firmeza y el bienestar del cuerpo en cada âsana, siente tu respiración, déjate fluir en ella, concentra tu mente en las sensaciones y la respiración y adorna todo con una gran sonrisa interna e incluso externa… Entonces podrás sentir la magia del Yoga en movimiento.